Por Arianna Tristán, subdirectora de la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR).
Cada día, una mujer empresaria enfrenta el reto de los múltiples roles que debe desempeñar en su vida y que de alguna u otra forma la sociedad ha normalizado. Es un desafío que la mujer empresaria pueda equilibrar sus múltiples roles de madre, pareja, cuidadora, jefa de hogar y empresaria, sin que el entorno habilite opciones que le permitan no tener que asumir todos estos roles. A veces esta situación dificulta el crecimiento de su negocio, el acceso a financiamiento, entre otros; y aquí es donde se materializa la inequidad de género.

En la Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR), hemos brindado apoyo a pequeñas y medianas empresas lideradas por mujeres a través de proyectos como “Vinculando Empresas de Mujeres Centroamericanas con el Mercado de Artesanías y Decoración de Interiores”. Este proyecto, patrocinado por la Unión Europea (UE), el Centro de Comercio Internacional (ITC International Trade Centre) y la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), se implementó entre 2018 y 2021 con el objetivo de fortalecer la participación de pequeñas empresas centroamericanas. Capacitamos a las artesanas en temas relacionados con el posicionamiento de sus marcas en internet para potenciar sus exportaciones hacia Europa.

Más recientemente, a partir de 2023, en colaboración con el MEIC, la subvención de CENPROMYPE y el respaldo de la Agencia Luxemburguesa de Cooperación para el Desarrollo (Luxdevelopment), asumimos el rol de implementador técnico de un nuevo programa que impulsa la aceleración de empresas lideradas por mujeres.

El “Programa de Aceleración de Empresas Lideradas por Mujeres” se inserta en la misión de la CICR de impulsar el desarrollo sostenible y la competitividad del sector productivo. Adquiere especial relevancia al representar una oportunidad para promover la equidad de género y fomentar el crecimiento económico inclusivo en nuestro país. Alrededor de 80 empresarias participan en este programa, accediendo a diversos mecanismos de acompañamiento, que incluyen formación, asistencia técnica y charlas complementarias. Estos recursos buscan potenciar las competencias de las mujeres empresarias, mejorar la gestión de sus negocios y lograr avances significativos en el crecimiento y consolidación de sus empresas.

El primer gran logro es el empoderamiento
Conforme el programa avanza, las empresarias reportan estar experimentando un significativo desarrollo de competencias y habilidades empresariales, como fortalecer su capacidad de decisión estratégica, mejorar su liderazgo y adquirir un entendimiento más profundo de la gestión operativa y financiera. Además, han internalizado conceptos de empoderamiento, desarrollo de una mayor confianza en sí mismas y, lo que quizás sea más importante, comienzan a reconocer la importancia de su rol en el ámbito empresarial.

A través de la revisión y ajuste de modelos de negocio, así como la implementación de prácticas innovadoras, han cultivado una mentalidad de mejora continua y adaptación al cambio. La capacitación en habilidades digitales y la asesoría especializada les ha permitido integrar eficazmente herramientas y metodologías nuevas en sus operaciones, optimizando su presencia en línea y mejorando su eficiencia en el mundo empresarial, entre otros beneficios.

Al mismo tiempo, se ha observado un impacto significativo en las empresas participantes a partir del fortalecimiento de sus estructuras financieras, especialmente, porque muchas empresarias no tenían un control adecuado. El programa les ha permitido entender que la salud financiera del negocio es primordial, tanto para el desarrollo de estrategias como para garantizar su sostenibilidad a largo plazo.
Otro logro importante, es el establecimiento de redes sólidas y colaboraciones entre las participantes, que ha fomentado un sentido de comunidad y apoyo mutuo, generando oportunidades para colaboraciones futuras. En conjunto, estos impactos han contribuido al empoderamiento económico de las empresarias y al fortalecimiento del tejido empresarial.

En el marco del trabajo que la CICR lleva adelante para la mejora de la competitividad del sector productivo, con la incorporación de herramientas y mejores prácticas, este programa representa un apoyo integral, que va desde el reconocimiento y visibilidad de este importante rol asumido por las mujeres, a los accionables que necesitamos para fortalecer el entramado empresarial que lideran y revertir las condiciones que históricamente han obstaculizado su desarrollo.